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AS脥 COMO llevamos siglos preguntando c贸mo Shakespeare sab铆a tanto sin haber disfrutado de una gran educaci贸n, Stefan Zweig tambi茅n se asombra del conocimiento ignorante de Balzac:
Centr茅monos en Balzac. ¿C贸mo llega uno a acumular tanto conocimiento sobre los hombres y sobre la vida? La biograf铆a del autor no ayuda a esclarecer este enigma, al contrario. Apenas tuvo trato con el mundo, su contacto con la sociedad se reduce a dos o tres a帽os. Las obras maestras de su juventud las escribe en una modesta buhardilla. Apenas disfrut贸 de la vida. Incluso sus aventuras amorosas fueron m谩s ficci贸n que realidad. De hecho, son fundamentalmente relaciones epistolares. Balzac, el mago de la ilusi贸n, pod铆a fantasear con una mujer igual que se proyectaba en los h茅roes de sus libros, en lucha contra el destino, tratando de conquistar Par铆s una y otra vez.
¿Y si algunos escritores, como tantos sostienen, est谩n ya construidos en la tripa de su madre? No quiero decir que todos los escritores nazcan, sino solo algunos de ellos. Los dem谩s deben coger el pico y la pala y, si se esfuerzan el doble o el triple d铆a tras d铆a, a veces llegan a recuperar la ventaja que les sacan los innatos.