EJEMPLO DE escritor que escribe con garra de tigre sin que haya un tigre detrĂĄs es Bukowski. TĂș estĂĄs leyendo a Bukowski con quince años y te dices, joder, este tĂo es el GOAT, cĂłmo contesta a sus profesores, quĂ© duro es con sus compañeros, en quĂ© peleas se mete, con quĂ© cinismo gana todas las discusiones, cĂłmo tiene locas a todas las chicas, quĂ© guarro es, quĂ© superfollador, quĂ© antihĂ©roe mĂĄs colosal, quĂ© laconismo genial para decir siempre la Ășltima frase… Pero lees a Bukowski con treinta años y te mueres de la risa, porque entonces ya sabes que lo que cuenta Hank no es posible, que en la vida uno no queda siempre como el puto amo, que en las discusiones la Ășltima frase a veces no consigues decirla tĂș, que las mujeres quieren mucho mĂĄs que sexo y en el sexo tampoco se conforman con ser pasivas o solo penetradas, aparte de que la mayorĂa de las mujeres no suelen hacerte caso y en el colegio, al menos al que fui yo, si decĂas al profesor las cosas que a veces dice Hank en sus libros, suerte tenĂas si solo te echaban de clase sin darte una hostia. Por eso, cuando acudes a sus biĂłgrafos y te enteras de que fue hijo de una familia de clase media y vivĂa en una casa con un amplio cĂ©sped, o que los alumnos de su escuela no lo recuerdan o lo recuerdan como un tipo callado y poco popular que no se metĂa en lĂos, dices: no me sorprende. Ello no quita para que Bukowski sea un gran escritor, ojo, pero es un gran escritor para adolescentes, con todos los tĂłpicos y maniqueĂsmos del antihĂ©roe que nos encantan cuando tenemos quince años.