NO ES solo que los seres sólidos escriban textos de la misma naturaleza, de más extensión y coherencia, sino que sus discípulos y lectores igualmente sólidos cuidan de esos textos y los conservan. Las personas asistemáticas y hedonistas, en cambio, tienden a hacer una obra gaseosa y generan discípulos y lectores igualmente gaseosos, que no cuidan de esas obras porque viven en la pasión del desorden y tampoco creen en la sacralidad del texto.