EN CUANTO a su faceta como intelectual o polemista político, ayer recibió muchas críticas desde los sectores de izquierda, pero no creo que tampoco se hubiera molestado mucho, porque toda la vida sufrió un volumen de críticas sin parangón con las que sufrieron otros escritores, porque la literatura occidental está dominada sobre todo por la izquierda. Vargas Llosa era en ese sentido igual que sus críticos: él apenas fustigó a los autores por la calidad de su literatura, sino sobre todo por su papel como referentes políticos o como intelectuales.
Esto es por ejemplo lo que dijo de Pablo Neruda:
¿Cómo pudo ser, la misma persona que revolucionó de este modo la poesía de la lengua, el disciplinado militante que escribió poemas en loor de Stalin y a quien todos los crímenes del estalinismo —las purgas, los campos, los juicios fraguados, las matanzas, la esclerosis del marxismo— no produjeron la menor turbación ética, ninguno de los conflictos y dilemas en que sumieron a tantos artistas? Toda la dimensión política de la obra de Neruda se resiente del mismo esquematismo conformista de su militancia. No hubo en él duplicidad moral: su visión del mundo, como político y como escritor (cuando escribía de política) era maniquea y dogmática. Gracias a Neruda incontables latinoamericanos descubrimos la poesía; gracias a él —su influencia fue gigantesca— innumerables jóvenes llegaron a creer que la manera más digna de combatir las iniquidades del imperialismo y de la reacción, era oponiéndoles la ortodoxia estalinista.
Y esto, aún más nítido, sobre Bertolt Brecht:
¿Es mezquino hurgar en estas humanas debilidades del genio en medio del fuego de artificio y las fiestas con que el mundo celebra su primer centenario? No, si el genio, como ocurrió con Bertolt Brecht, quiso ser no solo un buen escribidor, sino, también, un director de conciencia, un dómine en cuestiones morales y políticas, un profesor de idealismo. Para eso es indispensable, además de una pluma sutil y una imaginación fulgurante, una conducta coherente. Es decir, predicar con el ejemplo.