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CUÁNTO ECHO en falta en la literatura española el surgimiento de un Rüdiger Safranski que relate con amenidad y cultura lo que sucedió en las letras castellanas desde Garcilaso de la Vega a Calderón de la Barca. Esa etapa es entre los españoles la única de nivel europeo y me atrevo a decir mundial, la única en que sus creaciones pueden ser comparadas con lo mejor de lo que se hacía en otras partes. Se me objetará que ya existen muchos críticos célebres, por ejemplo Menéndez Pelayo, Menéndez Pidal o Dámaso Alonso, que estudiaron esa época al dedillo; pero yo me refiero a que quiero leer a un autor estrictamente enamorado de la literatura, que escriba sin pandereta en la mano ni bufanda rojigualda, sin despreciar a los genios de otras partes ni creerse obligado cada diez páginas a decirme “como se ve, los españoles fuimos los primeros en...”