SE ME dirá en su favor que incorporó a su prosa todos los descubrimientos de vanguardia, sí, pero es que los aplica sobre una sintaxis lineal, clara y comprensible: es una transgresión con freno de mano, Umbral no era un iconoclasta sino un ecléctico. Se me dirá que fue el mejor articulista de su tiempo: difícil que pudiera serlo el sofista que presumía de preguntar, cuando se le daba el tema del artículo: “¿Escribo a favor o en contra?”. Se me dirá que sus libros de memorias son extraordinarios: lo serían si solo hubiera escrito cuatro, uno sobre su madre, otro sobre el mundo literario, otro sobre su hijo muerto y otro sobre las mujeres que frecuentó, ¡el problema es que nos escribió cuarenta o cincuenta libros de diarios y memorias en los que no hace más que repetirse!