DICE JAVIER Marías en Vidas escritas, en la semblanza dedicada a Henry James, que el encuentro que este autor tuvo con Oscar Wilde fue nefasto. Estaba Wilde de visita en USA y a James se le ocurrió decirle que echaba de menos Londres, a lo que Wilde le respondió con desprecio, tachándolo de provinciano: “¿De veras? ¿A usted le importan los sitios? ¡Mi hogar es el mundo!". A partir de entonces James incubó tal manía por Wilde que dudaba entre referirse a él como a "esa bestia inmunda", "ese fatuo idiota" o "ese ínfimo patán".