ACIERTA RENARD en su diario cuando dice que los grandes escritores de la historia han sido bueyes, porque es cierto que la mayoría de los novelistas, dramaturgos, historiadores o filósofos han demostrado una constancia y una disciplina sin la cual es imposible escribir una obra sólida, pero se equivoca en lo referente a la mayoría de los poetas, que muy a menudo son la vagancia y el antibuey personificados. Hasta me atrevo a decir que la causa principal por la que un escritor termina siendo poeta en lugar de filósofo o novelista es la pereza, la poca gana de respetar un horario o seguir un sistema. Ningún vago puede escribir una novela o un ensayo o un tratado filosófico; en cambio hasta una cigarra podría escribir un poema por aquí y otro por allá hasta sacar un libro de la nada, como sin querer, sin hincar los codos ni sudar una gota.