DICE MIGUEL Torga en sus diarios que prefiere, “aunque lo excomulguen”, las novelas policíacas antes que a Faulkner, y ahora descubro en los diarios de su coterráneo Fernando Pessoa esto mismo:
Una de las escasas diversiones intelectuales de las que pueden disfrutar los restos de la intelectualidad humana es la lectura de novelas policiales. Buena parte de mis horas más doradas y felices que me ha ofrecido la vida, una cuenta bastante escasa, las he pasado con la conciencia ocupada por completo por las páginas de Conan Doyle o Arthur Morrison.
Un libro cualquiera de estos autores, un puro de 45 céntimos el paquete, una taza de café… ésta es la Santísima Trinidad de mi alegría, toda la felicidad terrestre se condensa aquí. Un ser humano sensible y con un intelecto estético no puede aspirar a nada más en el ambiente europeo del presente.
Supongo que muchos de mis lectores no se sorprenderán tanto de que estos autores sean mis favoritos como de que me atreva a afirmarlo.