Primera condición para que un historiador me guste es que esté contra la historia o tenga una mala opinión sobre quienes la hacen. Gibbon es de esa cuerda, me recuerda mucho a Tácito. En lo que llevo leído de su Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano, apunto esto que dice sobre Trajano:
Trajano estaba ávido de prestigio, y mientras los hombres sigan vitoreando con mayor vehemencia a sus verdugos que a sus bienhechores, el afán de gloria militar será siempre el vicio de los ánimos más encumbrados.
Y más tarde sobre Antonino Pío:
Antonino Pío extendió concierto y sosiego sobre la mayor parte de la tierra, y su reinado sobresale por la peregrina excelencia de suministrar escasos materiales a la historia, que en verdad suele ser en gran medida el repertorio de las maldades, locuras y desdichas del género humano.