LO EXCĂNTRICO luce mejor de joven o adolescente. No soportarĂamos a un Rimbaud de setenta años. Cuenta PepĂn Bello que al volver a ver a Salvador DalĂ despuĂ©s de dĂ©cadas, el pintor de CadaquĂ©s comenzĂł a hablarle de forma extravagante, igual que hacĂa con la prensa, por lo que tuvo que pararle los pies: “¡Basta, Salvador! ¡Que soy PepĂn! ¿Por quĂ© me hablas asĂ? ¡Conmigo no necesitas hacer esos nĂșmeros!”.