CANETTI ES sangre de mi sangre. No puedo leerlo sin sentirme de acuerdo en casi todo. Dice leyendo la Vida de César, de Plutarco, en la escena del magnicidio:
Hoy descubrí en mí una auténtica sed de sangre mientras leía la Vida de César de Plutarco. Cuando los conjurados se abalanzan sobre él con sus puñales, cuando lo van hiriendo uno tras otro, cuando él intenta esquivar sus puñaladas "como un animal salvaje", fui presa de una alegre excitación. No sentí el menor asomo de compasión por él. La desprevención de ese animal terriblemente listo no me enterneció en absoluto. Con su ofuscación pagó una parte mínima de su deuda para con todos los ofuscados a quienes había atrapado en sus redes.