LO MÁS curioso de los dos robustos volúmenes de entrevistas de la revista The Paris Review, publicados por Acantilado, es que ninguno de los entrevistados, en su mayoría anglosajones, salen con la murga de la humildad. Es ponerte a leer entrevistas de escritores latinoamericanos, portugueses, españoles, italianos..., procedentes de lugares católicos donde los curas han causado estragos, y sale la habitual condena contra el narcisismo, la vanidad de los escritores, el ego.

Quede claro que aquí estoy a favor de los ombliguistas y que tengo predilección por el género confesional. A mí sí me interesa que los escritores me cuenten su "vidita". Siempre he amado a los escritores ególatras como Nietzsche, Plath, Capote, Pizarnik, Umbral, Garro, Sontag, Neruda, Aragon, Houellebecq o Tsvetáyeva y, si nunca he criticado los concursos de humildad en que suelen convertirse algunos debates literarios de mi zona cultural, es porque me conozco el percal y no quiero morir a manos de la marabunta :)