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HABLANDO DE lo criticona que soy, fijaos en cómo trata Eckermann, que entonces tenía 30 años, a Goethe, que ya tenía 73, en el primer capítulo de sus Conversaciones:
• • •  El rostro de Goethe era fuerte y moreno, con muchas arrugas, llenas todas de expresión. ¡Todo él respiraba solidez y entereza, grandeza y serenidad! Hablaba lentamente y sin esfuerzo, tal como uno piensa que hablaría un anciano monarca. Se ve que descansa en sí mismo y que está por encima de censuras y alabanzas. A su lado yo era indescriptiblemente dichoso; sentía la sensación de aquietamiento de aquel que, tras muchos esfuerzos y prolongada espera, ve al cabo satisfechas sus ansias más queridas.

• • •  Sentíame dichoso de estar otra vez al lado de Goethe y de oírle hablar, y me entregaba a él con toda mi alma. «¡Si te tengo a ti —pensaba—, qué me importa lo demás!». Por tanto, le repetí que estaba dispuesto a hacer cuanto a él le pareciese bien, considerada mi particular situación.

• • •  Ayer por la mañana, antes de que Goethe saliese para Weimar, tuve la dicha de poder pasar con él una hora. La conversación importantísima que tuvimos aquel día es para mí de un valor inapreciable y ha ejercido un influjo bienhechor sobre toda mi vida.

• • •  Durante esta conversación, paseábamos por su estancia de un lado a otro. Yo no hacía más que aprobar, pues sentía en todo mi ser la verdad de cada palabra de Goethe. Me sentía a cada paso más dichoso y más aliviado.

• • •  Siento como si las palabras de Goethe me hubiesen hecho adelantar dos años, y experimento en lo profundo del alma la dicha que supone encontrarse en la vida con un maestro verdadero. El provecho es incalculable. ¡Cuántas cosas aprenderé este invierno a su lado y cuánto ganaré aún con su mero trato en aquellas horas en que no diga nada importante! Su persona, su simple proximidad, me parecen educativas, aun cuando no pronuncie una palabra.
Eckermann era una cheer-leader de Goethe. Si hubiera ocupado yo su lugar, y como soy zopenca de nacimiento, enseguida le habría llevado la contraria en algo y ya me estoy viendo, mire usted, señor Goethe, ahora mismo le explico :)