INCREÍBLE LO que se parece a la mía la visión de Goethe sobre territorio y cultura. Este autor fue brevemente nacionalista, en la época juvenil en que fue amigo de Herder, pero pronto se dio cuenta de que el nosotrismo se oponía a su amplitud de miras:
Como hombre, como ciudadano, el poeta amará su patria; pero la patria de su fuerza y de su acción poéticas son la Bondad, la Nobleza, la Belleza, que no están ligadas a ninguna provincia especial, a ningún país especial, que él toma y forma allí donde los encuentra.
Goethe vivió la época del florecer del volksgeist alemán, pero enseguida se le enfrenta con una propuesta más humana:
¿Qué significa "ama a tu patria" y qué significa "actuar patrióticamente"? Si un poeta se esforzó durante toda su vida por luchar contra los prejuicios dañinos, eliminar las opiniones estrechas, iluminar las mentes de su pueblo, purificar sus gustos y ennoblecer sus actitudes y formas de pensar, ¿qué mejor cosa puede hacer? ¿Y cómo debería verse más patriota?
La diferencia fundamental conmigo es que Goethe sí que se siente alemán y cree en la existencia de la nación y la cultura alemanas, frente a mi visión anti de corte racional-anarquista, pero a continuación dice que el contexto de nacimiento y cultura es un límite que, en lugar de ser celebrado, debe ser superado gracias a las traducciones y al interés por otras culturas:
Es muy buena cosa que ahora, con el estrecho intercambio entre franceses, ingleses y alemanes, nos corregimos unos a otros. Ése es el fruto de una literatura cosmopolita. Carlyle ha escrito la vida de Schiller, y lo ha juzgado en general de una manera como no es fácil lo haga ningún alemán. En cambio, nosotros estamos al tanto de Shakespeare y Byron, y sabemos apreciarlos quizá mejor que los ingleses mismos.
Para Goethe, el valor de una obra no se mide por la precisión con que ha retratado un lugar o cultura, sino al contrario: una obra solo vale si deja más valores duraderos que los referidos al "dónde" y al "cuándo", que en lenguaje maricrónico se traduciría por "POR FAVOR NO LLAMÉIS CULTURA A LO QUE ES SOLO ETNOCENTRISMO".
Por otra parte, tiene una idea descentralizada de la cultura, que conecta con mi concepto barrional: él siempre se opuso a que Berlín se convirtiera en la capital alemana de las artes y predicó con el ejemplo, pues fijó su residencia en Weimar y trabajó para que las artes de aquel lugar no tuvieran nada que envidiar a las del resto de Alemania.