811


DICE PLUTARCO que a Licurgo no le gustaba que los espartanos dejaran sus fronteras. Las razones que aducía son el evangelio del nosotrismo:
No le agradó, por tanto, que cualquiera saliese de viaje o anduviese por otras tierras, para que no trajeran costumbres extranjeras, usos de gente indisciplinada y diferencia de ideas sobre gobierno; y aun dispuso que se mandara salir a los extranjeros que sin objeto útil se fuesen introduciendo en la ciudad; no, como cree Tucídides, por miedo de que se hiciesen imitadores de su gobierno, y de que aprendiesen algo conducente a la virtud, sino antes para que no fuesen maestros de algún vicio. Porque con los cuerpos forasteros precisamente se han de introducir voces extranjeras; las voces nuevas llevan consigo nuevos pensamientos, de los que es preciso se originen muchos afectos y deseos discordes, que no guarden consonancia, como si fuese una armonía, con el gobierno establecido.