NO TENGO nada que ver con los nosotros que se me atribuyen. Tampoco me siento miembro de una sociedad a la que no me he apuntado: esta misma semana, cuando una vecina limeña me ha dicho, “¡estarás contento con tu presidente, Pedro Sánchez!”, he pensado: ¿MI presidente? Mi presidente de qué. Recuerdo que Octavio Paz, en sus días más antiamericanos, se dirigía a su amigo Mark Strand señalándole con el dedo: “Porque tú, Mark, en el Vietnam, has hecho…; porque tú, Mark, con la United Fruit, has…; porque tú, en Chile…”, y al final Strand, indignado, le tenía que parar los pies: “Perdona, Octavio, eso lo ha hecho el gobierno de USA, no yo”.