EL CHISTE favorito de Marguerite Duras era ese de un caballo que sale a la calle y se encuentra con una cebra a la que dice, ¿a estas horas todavía con pijama?

Y el de Carmen Martín Gaite era este, contado por ella misma:
¿No conoces ese chiste? Es aquel individuo que se iba a atar un zapato en un derby y se le subió encima un hombre, creyendo que estaba montando un caballo. Cuando lo contaba, alguien le preguntó: “¿Y tú qué hiciste?”. La respuesta fue: “Hice lo que pude, llegué el cuarto”. Es maravilloso; es uno de los chistes más impresionantes y más divertidos que he oído en mi vida. Y más aleccionadores. Siempre que me preguntan algo en ese sentido digo lo mismo: que hago lo que puedo, que llego el cuarto, el segundo o no llego, pero no me paro, sino que echo a correr.