CÓMO SABER cuándo debes dejar de pensar o escribir. Para mantener la mente más sana o menos enferma, me refiero. Cómo saber cuándo he llegado a un callejón sin salida y no regodearme en él para no acabar como el asno de Buridán. Uno de los recursos que tengo para decirme “Vanessa, para ya” es acordarme de lo que decía el físico Feynman sobre los filósofos:
• • • No podemos definir nada de manera precisa. Si intentamos hacerlo, entramos en esta parálisis del pensamiento que les acaece a los filósofos que están sentados uno frente a otro, y uno le dice al otro: «¡Tú no sabes de lo que hablas!». Y el segundo dice: «¿Qué es lo que quieres decir con sabes? ¿Qué quieres decir con hablas? ¿Qué quieres decir con tú?», y así sucesivamente.
• • • Recuerdo discutir durante horas y horas en Princeton con los estudiantes graduados, los estudiantes de filosofía, acerca de lo que se quería decir cuando uno decía que no hay pollo en la nevera. Esta es la razón por la que no quiero tener nada que ver con los filósofos.