JAJAJA, JUSTO después de meterme con Shakespeare por primera vez en mi vida, que es lo más bajo a lo que puede llegar un escritor, sobre todo si es un escritor bonsái como yo, me he acordado para limpiar mi conciencia de que también Josep Pla se mete con Borges y no pasa nada. Dice el catalán del bonaerense en su Diccionario Pla de literatura:
BORGES, JORGE LUIS (Buenos Aires, 1899 – Ginebra, 1986) Jorge Luis Borges no es un escritor de la vida, es un escritor de los libros. Llega a ser insoportable. Muchas veces es difícil establecer una línea divisoria entre una cosa y otra. En el caso de Borges es facilísimo, y la raya es clara y total. Son recensiones de otras obras –muy bien hechas– (Borges escribe muy bien), pero en definitiva nada –o poca cosa. Al menos a mí esta clase de escritores no me gusta.
Luego, la concurrencia literaria se pone a hablar con gran entusiasmo del escritor Jorge Luis Borges, a quien yo considero un fantasioso (desgraciadamente, poco apegado a la realidad), muy fino y de gran juego mental. La concurrencia afirma, para elogiarlo, que Borges lo sabe todo. ¡Elogio mezquino y terriblemente equívoco!