LO ASOMBROSO, lo casi estúpido de la decisión que toma Borges, a los dieciséis años, de aprender alemán con la sola ayuda de un diccionario inglés-alemán, es que los dos primeros libros que trató de leer en el nuevo idioma fueron el Fausto de Goethe… ¡y la Crítica de la razón pura de Kant!, libro este último que, según opinaba el filósofo Raymond Aron, “hay que leer siete veces para comprenderlo de forma cabal”. Borges confiesa que fracasó en su lectura, pero el solo hecho de atreverse a aprender ese idioma partiendo de semejante libro, siendo aún menor de edad, ejemplifica que era consciente desde el principio de su cerebro superdotado.
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NOTA DE RECTIFICACIÓN A POSTERIORI (6-1-22): El Borges de las entrevistas no es muy fiable: en otras declaraciones dice que aprendió alemán para poder leer a Schopenhauer.