EN EL prefacio a Máximas y reflexiones, de Goethe, el traductor al inglés Bailey Saunders advierte contra el mal uso de las máximas:
Las máximas se deben aplicar como el arte del médico: deben manejarse con cuidado y aplicarse con discreción. Como drogas poderosas, pueden actuar con efectos benéficos sobre una constitución resistente; pueden prepararlo para el esfuerzo o calmar la fiebre de una actividad equivocada; pero grande es el daño que hacen cuando la mente es débil o desorganizada. Así como una medicina puede salvar a un hombre en un momento y matarlo en otro, así el sabio consejo de hoy puede convertirse fácilmente en la venenosa sugerencia del mañana.