EL BORGES ensayista no es muy bueno en su mirada panorámica, como sí lo es por ejemplo Octavio Paz, pero está lleno de aciertos en su mirada más concreta, como por ejemplo en lo que dice sobre el famoso soneto de Quevedo, "Retirado en la paz de estos desiertos", donde subraya que el poema funciona no gracias a sus ingeniosidades o conceptismos, sino "a pesar de ellos". No soy de las que condena el ingenio en la literatura, como hacen tantos, pero creo que existe un ingenio con hueso, por ejemplo el de Séneca, por ejemplo el de Chamfort, por ejemplo el de Chesterton, y un ingenio mucho más barato, que se limita a meros esguinces lingüisticos o paradojas conceptuales, por ejemplo el de Wilde, por ejemplo el de Noel Clarasó, por ejemplo el de Pitigrilli. La insinuación de Borges me lleva a enunciar esta ley: todo texto que siga siendo bueno una vez que le quitas el ingenio, es de verdad bueno; en caso contrario, es mera exhibición pirotécnica y por tanto de una calidad menor.