SABIDO ES que en el siglo pasado hubo una "moda" de escribir novelas sobre dictadores latinoamericanos, y así fueron saliendo El señor presidente, de Miguel Ángel Asturias, El discurso del método, de Alejo Carpentier, Conversación en la catedral, de Mario Vargas Llosa, Yo, el supremo, de Augusto Roa Bastos o El otoño del patriarca, de Gabriel García Márquez. Pues bien: también Augusto Monterroso planeaba escribir una novela sobre un dictador de Guatemala, pero al final no la escribió por estas razones que nos da Bryce Echenique:
Tito Monterroso, que fue un maestro de la ironía, participó del proyecto que armaron los escritores del boom para hacer varias novelas sobre cada uno de los dictadores, pero Monterroso, mientras investigaba, descubrió que la mamá del dictador guatemalteco era alcohólica y el papá le pegaba, y me acuerdo de que Tito me dijo que prefería no escribir sobre el dictador porque le estaba entrando una ternura por el personaje...