VICIOSA DE la polémica, llevo toda la noche rastreando la ruptura entre Trump y Musk, que se veía venir tan de lejos como la de Aquiles y Agamenón. Muchos expertos dicen que acabarán perdonándose, pero ¿cómo se van a perdonar, si Musk acaba de publicar un tuit acusando a Trump de participar en las fiestas pedófilas del célebre Epstein? De una acusación lanzada con armamento nuclear ya no se regresa. Hasta Nietzsche tuvo que romper con su amado Wagner y hasta se planteó retarlo a duelo cuando descubrió que el músico lo acusaba de invertido. Musk es ese hombre tan macho y de tanta caspa que hace unas semanas se creyó obligado a publicar un tuit para que no se pensara mal de su relación con Trump: "Mi amor por Trump es todo lo grande que puede ser el amor de un hombre heterosexual por otro hombre heterosexual".