¿POR QUÉ sucede esto? ¿Qué interés tiene el estado en que leamos a autores solo notables pero modernos en lugar de autores geniales pero antiguos, si se trata en los dos casos de autores españoles? Partamos de que el estado no solo no ama la literatura sino que la teme: la sola hipótesis de un alumno mariposeando en una biblioteca sin tutelas ni imposiciones de nadie es algo que le aterra: ¡podría acabar leyendo los viajes de Ibn Battuta o una antología de leyendas japonesas o una floresta de proverbios africanos! ¡Podría acabar descubriendo el poder de la literatura para deshacer prejuicios, naciones, razas, sexos, géneros, religiones y fronteras!  ¡No! ¡Esto es algo que hay que evitar COMO SEA!