DICE JIMÉNEZ Lozano en sus cuadernos que "poetas hubo que se suicidaron por lo carnívoro del mundo literario". No creo yo que sea para tanto. Que se hayan suicidado sí que me lo creo, pero la mayor parte llevarían el suicidio dentro de sí o lo cometerían por otras razones añadidas, estas sí que esenciales. El mundillo literario es un estanque de pirañas, qué duda cabe, pero la mayoría de las trifulcas literarias no llegan a graves, y no llegan hasta ahí precisamente porque a los poetas, que padecemos de complejo Brigitte Bardot (estoy pensando en mí), enseguida nos dan ataques de ego por las minucias más diminutas, lo que hace que abandonemos el barco con la mar en calma, ahí os quedáis, snif, snif, ya os enteraréis por la tele de quién soy yo, mucho antes de que sobrevenga ningún naufragio.