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ES MUY curioso que los hermanos Goncourt se vieran como un solo ojo y como una sola personalidad, ellos que ni siquiera eran gemelos (se llevaban ocho años entre uno y otro). Dicen al comienzo de su Diario:
Este diario es la confesión de dos vidas inseparables en el placer, el trabajo y el dolor, de dos pensamientos gemelos, de dos espíritus que reciben del contacto de los hombres y de las cosas impresiones tan parecidas, tan idénticas, tan homogéneas, que esta confesión puede ser considerada como la expresión de un solo yo.
Esto no parece posible, como es natural, y la prueba llegó en 1870, cuando Jules murió y Edmond siguió escribiendo a solas el diario hasta 1896, fecha de su muerte. La diferencia que existe entre la primera parte del diario, escrita por los dos, y la siguiente, escrita solo por Edmond, es clara: la segunda es más personal, más concentrada, menos vivaz, más pendiente de la calidad de la escritura.  Es muy difícil que existan dos personas idénticas, y mucho más en la literatura.